domingo, 18 de marzo de 2018

López Obrador y la propaganda de Venezuela


En América Latina hay varios países que han tenido gobiernos de izquierda en las últimas dos décadas. Venezuela es uno, pero hay muchos otros, con resultados mixtos.
Chile, por ejemplo, es el país más desarrollado de América Latina (tomando como referencia el IDH). Ha tenido desde el año 2000 tres periodos presidenciales con gobiernos de izquierda. Ricardo Lagos (2000 - 2006) gobernó con el programa del Partido por la Democracia, que se define como de izquierda progresista. Lo sucedió Michelle Bachelet, del Partido Socialista, quien gobernó dos periodos, de 2006 a 2010, y de 2014 hasta la semana pasada, pues el 11 de marzo cedió el poder a Sebastián Piñera.
El segundo país más desarrollado es Argentina. En 2003, después de un periodo políticamente muy complicado en medio de crisis económicas, llegó a la presidencia Néstor Kirchner. Estuvo en la Casa Rosada dos periodos, hasta diciembre de 2007. Su esposa, ahora viuda, Cristina Fernández, lo reemplazó y gobernó también dos periodos consecutivos, de 2007 hasta diciembre de 2015. Ambos fueron postulados por el Partido Justicialista, núcleo del peronismo, con su base social entre los sectores más desfavorecidos.
El tercer país más desarrollado de América Latina es Uruguay. En 2005 llegó al poder Tabaré Vázquez, del Frente Amplio, una agrupación política de izquierda que se define como antioligárquica y antiimperialista. Lo sucedió José Mujica, de la misma plataforma, quien en su juventud había sido guerrillero marxista. Actualmente, Tabaré Vázquez cumple su segundo periodo presidencial, que durará hasta 2020, año en que esta izquierda uruguaya cumplirá 15 años en el poder.
Otra experiencia de izquierda a destacar es la de Brasil, con Lula da Silva (2003 - 2011) y Dilma Rousseff (2011 - 2016), quien fue depuesta por un golpe legislativo.Otros gobiernos de izquierda en la región son el de Ecuador, el de Bolivia y el de Nicaragua.
En ninguno de los países mencionados se ha visto algo parecido a la crisis en Venezuela, por lo que si queremos entenderla, tendríamos que comenzar por describirla desde dentro y de manera muy específica. No es un fenómeno regional ni es algo que se haya presentado en todos o en la mayoría de los gobiernos de izquierda de los últimos años.
Visto desde esta perspectiva, nos podemos preguntar qué sentido o qué fundamento tiene asociar a López Obrador con Venezuela. Si decimos que él es un político de izquierda, ¿por qué no compararlo con Bachelet, con Néstor Kirchner, con José Mujica, con Lula da Silva o con Rafael Correa? ¿Por qué sí con Maduro o con Chávez? Habiendo tantos ejemplos, ¿por qué Venezuela?
La respuesta es fácil: porque Venezuela ha tenido problemas y, para hacer propaganda, es útil vincular a López Obrador. Es algo que han hecho y hacen las derechas en Argentina, en Brasil, en Chile, en Colombia, en Uruguay y hasta en España. Se trata de usar al país con gobierno de izquierda más atacado y sumido en crisis para golpetear a todas las opciones de izquierda, por más distintas que sean.
En el fondo, es un disparate. La situación de Venezuela es única, es una excepción en la región, hablando de países con gobiernos de izquierda o de derecha, y se le tendría que estudiar de cerca.
López Obrador y su propuesta, como fenómeno políticos, son tan únicos como el kirchnerismo en Argentina o el lulismo en Brasil o la izquierda uruguaya. Se les tendría que analizar en sí mismos y sin duda sería arriesgado prever resultados o escenarios. Lo que se sale de todo límite es profetizar que en México pasará lo mismo que pasó en Venezuela. Eso es sólo propaganda que podrían creerse los sectores desinformados.
Y a eso apuestan las derechas aquí en México y en muchos países de Iberoamérica, a asustar a los votantes en el mayor número posible. No es un análisis ni es una campaña limpia u honesta, es marketing de miedo. Y nada más.
Entender a López Obrador y criticarlo exigiría un mayor esfuerzo y, si se será honesto intelectualmente, en el caso de las analogías o comparaciones se tendría que ser más amplio, incluyendo experiencias en otros países de la región.
Decirle simplemente "socialista" y de ahí pasar a pintarlo como un Chávez, un Stalin o un Pol Pot es no sólo algo vulgar sino risible, si no fuera porque es un intento de manipulación de ciudadanos electores.

2 comentarios:

  1. Hola Carlos, me gusta tu cuestionamiento. Sólo una opinión, los gobiernos de izquierda de Brasil están vinculados a procesos de corrupción ¿cierto? No sería bueno compararlo vs Lula/Dilma, confirmaría que éles tal cual el PRI, como se viene manejando ahora en las redes...

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    1. Hola, mi intención no es apoyar a López Obrador, sino hacer una critica de la comparación exclusiva con Venezuela. Como he dicho, sería más justo hacer un balance con mayor variedad de ejemplos.

      En cuanto a lo del PRI y López Obrador, es interesante. Lo que tiene de "priista" López Obrador podría estar en cierta tendencia proteccionista y nacionalista. Es otro tema.

      Saludos.

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