lunes, 18 de junio de 2018

El grito de "¡Puto!" y el aficionado mexicano


Un problema con la selección mexicana de fútbol es que los aficionados suelen gritar "¡Puto!" cada que el portero rival hace un despeje.
La FIFA, que como organización mundial está comprometida con el combate a cualquier forma de discriminación, ha estado aplicando multas a la Federación Mexicana, que ha intentado concientizar a la gente para que no siga incurriendo en esa expresión considerada homofóbica.
Pero la gente no responde. En el partido contra Alemania en Moscú cientos o miles de mexicanos emitieron el insulto contra Manuel Neuer, el portero alemán. La FIFA ha aplicado una multa de 500 mil dólares contra la Femexfut.
Por principio de cuentas, hay que decir que lo que hace la FIFA es pasarle la bolita a la federación mexicana. Como su intención es desterrar de los estadios las expresiones discriminatorias, responde con las sanciones económicas dirigidas contra las federaciones asociadas, que serían las responsables.
Pero la federación mexicana no es responsable de lo que griten los aficionados mexicanos. Ella no los educa, no los forma, no los puede corregir. Las multas que le aplica la FIFA no afectan a la gente que grita. El que asiste a un estadio y le dice "puto" al portero no pierde un solo centavo. La prohibición, además, aúpa a muchos a gritar, como una forma más de diversión y desahogo. Es parte de la fiesta romper las normas. Y esta es sólo una más de las reglas que se pueden romper en masa.
Por otro lado, la FIFA actúa con hipocresía. Si de verdad estuviera comprometida en el combate a toda forma de discriminación, en especial contra la comunidad LGBTI, hubiera tenido que considerar mejor las candidaturas mundialistas de países como Rusia y Catar.
Vladímir Putin, a despecho de sus seguidores izquierdistas en América Latina, es más bien un político conservador que ha impulsado leyes que contravienen los derechos de expresión de la comunidad homosexual. El ejemplo más reciente es una ley de 2013 que sanciona con multas y cárcel la "propaganda homosexual" que pudiera "afectar" a los menores de edad.
En Catar, que será sede del campeonato mundial de 2022, la homosexualidad está penada con la cárcel. El sexo anal o la incitación al sexo anal está prohibido explícitamente. Esto es un consecuencia de la aplicación de la ley islámica (Sharía) en el país arábigo.
En México la homofobia es fuerte a nivel social, aunque a nivel legal no está tan asentada como en Rusia o en Catar. La expresión de "¡Puto!" en el mundial se puede juzgar como homofóbica a nivel verbal y refleja la existencia de expresiones homofóbicas a nivel del habla cotidiana.
Si ni la FIFA ni la federación mexicana han podido eliminar el grito es porque el aficionado mexicano no va al estadio precisamente a seguir las normas. Y menos en partidos de la selección mexicana que se juegan en el extranjero. En Rusia los mexicanos están de fiesta permanente y lo que menos van a a hacer es seguir lineamientos. De hecho, se trata de un momento para no seguir ninguno, según su perspectiva.
El mexicano mundialista está en una fase de destrampe y desfogue. Es algo característico. Juega el papel de desenfadado y desmadroso, borracho e inconsciente, se masifica, se estupidiza, manifiesta sin rubor todas sus tendencias latentes, agresivas, eróticas, machistas, nacionalistas. Se comporta según un modelo que asume y reproduce, no sólo porque está de fiesta, sino porque se siente como representante de la "mexicanidad" en el exterior.
Prohibirle cualquier cosa en un estadio o fuera de él carece de sentido. Si además las multas no le afectan, todo es vano. La FIFA seguirá sancionando a la Femexfut porque así demuestra que hace algo. Pero la Femexfut no tiene la capacidad ni manera alguna de resolver el asunto.

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